Madrigal a la ciudad de Santiago
Llueve en Santiago
mi dulce amor.
...Camelia blanca del aire
brilla quemada de sol.
Llueve en Santiago
en la noche oscura.
Hierbas de plata y de sueño
cubren la vacía luna.
Mira la lluvia en la calle,
queja de plata y cristal.
Mira el viento desvanecido
sombra y ceniza de tu mar.
Sombra y ceniza de tu mar,
Santiago, lejos del sol;
agua de mañana antigua
temblando en mi corazón.
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