Mientras tú existas,
mientras mi mirada te busque más allá de las colinas,
mientras nada me llene el corazón,
si no es tu imagen,
y haya una remota posibilidad de que estés viva en algún sitio,
iluminada por una luz cualquiera...
Mientras
yo presienta que eres y te llamas así,
con ese nombre tuyo tan pequeño,
seguiré como ahora,
amada mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.
Ángel González
Ángel González
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