El madrigal es la composición lírica breve, especialmente intensa, delicada y de tema amoroso, que utiliza una combinación libre de versos endecasílabos y heptasílabos rimados en consonante. Se presta muy bien a ser cantada y fue especialmente cultivada en el Renacimiento.
El nombre y la forma son de origen italiano. Y en Italia alcanzó su mayor esplendor, no sólo literario, con poemas de Dante, Petrarca, Tasso, Guarini, etc., sino que también tuvo un extraordinario auge musical, pues numerosos compositores pusieron música a estos textos. Entre los más destacados Claudio Monteverdi, Carlo Gesualdo y Luca Marenzio (1553-1599), a quien sus contemporáneos calificaron de Divino.
El nombre y la forma son de origen italiano. Y en Italia alcanzó su mayor esplendor, no sólo literario, con poemas de Dante, Petrarca, Tasso, Guarini, etc., sino que también tuvo un extraordinario auge musical, pues numerosos compositores pusieron música a estos textos. Entre los más destacados Claudio Monteverdi, Carlo Gesualdo y Luca Marenzio (1553-1599), a quien sus contemporáneos calificaron de Divino.
Uno de los poemas de este tipo es el siguiente:
Madrigal
(Autor: Gutierre de Cetina)
“Ojos claros, serenos
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos”.
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